Networking: ¿Estamos seguros de estar construyendo relaciones de calidad?
Hace algunos años descubrí algo que creo potencialmente, podría ser incluso, uno de mis propósitos de vida: Conectar. ¿Cómo pasó? A medida de participar en diversos espacios, desde atreverse a vencer el rechazo, superando los prejuicios y sabiendo que no tenemos el control de las cosas ni tampoco todas las respuestas a los diálogos que surgirán, pensaba en la enriquecedora diversidad de los seres humanos, donde las debilidades de uno, pueden ser las fortalezas de otro y viceversa, y en el CAMINO de la vida, esas alianzas con las personas correctas, pueden resultar ser determinantes para cumplir propósitos que no podrían ser alcanzados de otra manera.
En este aprendizaje diario he llegado a entender desde la genuinidad, que el networking, antes de ser relaciones netamente empresariales se trata de interacciones humanas, encausado en un proceso de construcción de confianza resultando un balance alocado donde las pérdidas y ganancias en el devenir de los años dan positivo.
Evidentemente para lograrlo se necesita más que un intercambio frío de tarjetas, que ir a eventos de cientos de personas y repetir sin parar qué hacemos, como si fuera más importante de quienes somos. Se necesita sentarnos a evaluarnos sin caretas y reconocer en qué proceso estamos para interacturar con los demás, desde una verdadera transformación constante que nos lleve a mirarnos con respeto, admiración y colaboración. Donde realmente nos escuchemos en entornos sanos, libres de resultar ofendidos.
Hoy por hoy, en un mundo tan agitado, necesitamos detenernos a reflexionar, a establecer el fundamento de nuestra vida y nuestras acciones, a tener un tamiz en las relaciones que sostenemos y descubrir cuales nos quitan la vida.
Dicho esto, surgen varias preguntas: ¿qué entendemos ahora por networking?, ¿nuestros saberes en esta práctica se orientan a la cantidad o la calidad de las relaciones?, ¿cuál es mi propósito a nivel personal? ¿Cuál es mi propósito a nivel empresarial? ¿de qué forma y con qué tipo de profesionales, deseo ahondar en mis relaciones? , ¿busco un entorno sano o me hago dependiente? , ¿tengo principios definidos?, ¿alineo mis acciones a estos principios?, ¿de quiénes me rodeo? ,mi entorno más constante, ¿está dispuesto a confrontarme o solo me llena de halagos para cumplir un fin?, ¿hasta qué punto llego a solo materializar las relaciones personales?
En conclusión, ¿qué tipo de relaciones queremos construir? y ¿somos conscientes si lo que hacemos, suma a este fin? Son solo algunas preguntas que surgen y seguro en cada uno se extenderá esta lista de preguntas para luego, convertirse en aquel mentor y consolidador de nuevas generaciones, cerrando brechas y abriendo oportunidades a quienes siguen.
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