Mejores personas para mejores organizaciones
Todos los días millones y
millones de personas se levantan y se acuestan con una constante común:
Trabajar.
Y trabajar no solo se queda en una palabra de 8 letras, sino más bien concentra
una de las actividades más importantes del hombre, donde pasa casi la mitad de
nuestras vidas y puede ser la motivación más apasionante para emprender el día
o el temor más aterrador y preocupante.
Hasta hace unos cuantos años
atrás aún se seguía haciendo incontables gastos en máquinas y equipamientos
para la empresa; sin embargo poco o nada se invertía en programas de desarrollo
para el trabajador.
Felizmente esta situación ha cambiado, actualmente la mayoría de las empresas se está enfocando en el principal recurso de toda organización: El ser humano.
Felizmente esta situación ha cambiado, actualmente la mayoría de las empresas se está enfocando en el principal recurso de toda organización: El ser humano.
Por fin se da la importancia
debida a que el desarrollo personal de nuestros colaboradores se ve volcado en
el desarrollo de la organización; que
las motivaciones son diversas y no solo se limitan al factor económico, que el
área de recursos humanos puede trabajar coordinadamente con especialistas
multidisciplinarios y dar mejores soluciones con el objetivo del crecimiento
tanto de la persona como el de la empresa.
Cada día se suman esfuerzos por optimizar el clima
laboral y se toman acciones para lograr un solo fin: Proveer a las personas de un
“Trabajo decente”, término acuñado por la Organización Mundial del Trabajo,
para reunir las condiciones que se
debería brindar a todo miembro de nuestra familia institucional, en pro de su
bienestar y desarrollo.
Así pues, trabajo decente significa
contar con oportunidades de un trabajo que sea productivo y que produzca un
ingreso digno, seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las
familias, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración a la
sociedad, libertad para que la gente exprese sus opiniones, organización y
participación en las decisiones que afectan sus vidas, e igualdad de
oportunidad y trato para todas las mujeres y hombres.
En el Perú, aún existe un cierto
miedo por apostar por programas avocados a la Gestión del Talento Humano. Las
pequeñas y medianas empresas no tienen un área de Comunicación o Psicología
Organizacional; no obstante, acciones de consultoría y asesoría a las PYMES
están dando excelentes resultados, tanto en nuestra región como en todo el país.
Con un adecuado plan de
diagnostico e intervención, usted podrá apreciar los resultados y sobre todo
tendrá la satisfacción de contar con colaboradores comprometidos y felices en
su empresa.
OJO, los planes de gestión del
talento no son charlas ni talleres de un día, considere que es un trabajo a
mediano-largo plazo. La construcción de una organización fuerte y con un equipo
bien consolidado toma su tiempo pero
definitivamente tiene resultados invaluables.
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